Nueve de cada diez hogares se ven afectados por la infidelidad.
Estadísticamente, la probabilidad de que tu hombre te sea infiel en algún momento es alto, muy alto. ¿Por qué son infieles los hombres? ¿Qué buscan? ¿Y qué hay de aquellos que sí son fieles? ¿Por qué lo son? ¿Son normales? En este artículo analizaremos la infidelidad del hombre…
Los números son espantosos, 9 de cada 10 hogares se ven irrumpidos por la infidelidad. Las reacciones y consecuencias de la infidelidad salpican mucho más allá de la relación establecida. A quién afecta la infidelidad: Por un lado, a “la otra”, que ha sido formada con principios morales por unos padres que se sienten avergonzados por el proceder de la hija que hasta hace poco era un dechado de virtudes.
Por otro lado está la esposa, que hasta hace poco juraba que su esposo no sería capaz de serle infiel en vista de su entrega y dedicación hacia sus hijos y su devoción de cumplir lo que una vez juró. También afecta a los hijos, cuando los hay, que en muchos casos, ven su hogar romperse y sus padres separarse. Incluso cuando no se separan, el hogar nunca vuelve a ser para ellos el dulce y apacible hogar lleno de amor que habían conocido antes… Afecta al hombre. ¿Pero en qué lugar está el hombre? ¿Será que el hombre también sufre cuando traiciona? Estas son las opiniones de hombres que fueron infieles, y de otros que no lo han sido y que dudan llegar a serlo.
El infiel por influencia: “Siempre me cuidé de no caer en el error de tener una aventura fuera de mi hogar, pero entre bromas mis amigos me desafiaron, muchas veces las bromas fueron subidas de tono: ‘tu mujer te tiene bien agarrado’, ‘le tienes miedo a tu mujer’, ‘mira a la «Rosita» como se le cae la baba, hasta parece que le tienes miedo’, ‘tu virginidad la perdiste hace mucho, tu mujer ni se va a enterar que estuviste con ella, pero en cambio vas a sentirte muy macho’… Nada más feo para un hombre que ver su ego herido y su hombría en duda, y es cuando nos apresuramos más a recoger nuestro orgullo y la forma en que lo hacemos es de la manera más errónea, porque pensamos que para demostrar que somos hombres y que aún somos capaces de atraer y seducir a cualquier mujer, debemos hacerlo.”
El infiel por curiosidad: “Por mucho tiempo pensé que sería incapaz de ser infiel a mi esposa con la que ya había estado 15 años juntos, pero nunca tuve la oportunidad. Pensaba que ninguna chica se comparaba con mi esposa. Por fin un día se dio la oportunidad, salí con un grupo de amigos y tres chicas, en esa salida no pasó nada con ninguna de ellas, pero con una en particular nos dedicamos atenciones y detalles. Al día siguiente me llamó, ¿o la llamé? No recuerdo, lo que sé es que desde ese momento empezó una aventura en la que yo no puse sentimientos ni intenciones, pero el traicionero se torna en el gran mentiroso, y le dije lo que ella quería escuchar: ‘Dame tiempo’, ‘no dormimos juntos’, ‘no me comprende’…
Me vi atrapado en una maraña de la que no pude escapar cuando quise, hasta que mi esposa se dio cuenta. Me pidió el divorcio. La separación fue muy dolorosa, lejos de mis hijos, del amor de mi vida y sin mi amante, aunque fue la única que me ofreció apoyo, pero sé que lo hacía con el interés de que yo formara un hogar con ella, ¿y cómo podía? Lo que me interesaba era recuperar a mi esposa, y a mi familia.
Aunque finalmente lo logré, nada volvió a ser igual que antes porque la confianza se perdió y la magia se rompió. Hoy por hoy, 5 años después, tengo el cargo de conciencia de mi traición y un hijo fuera del matrimonio a quien la madre por venganza no me permite ver. ¡Qué caro pagué mi curiosidad!” El infiel por hábito: “Cuando yo conozco a alguna mujer, le noto inmediatamente si va a ‘caer’ y sé que con unas palabras bonitas yo ya tengo mi ‘pedacito’ asegurado.
Lo que hago es decirles que soy casado, que no me llevo bien con mi esposa, pero que tampoco la puedo dejar por mis hijos, la que quiera así bueno y la que no pues que se valla. No les prometo nada concreto, porque si piensan que voy a dejar a mi familia por ellas están soñando. Sé qué palabras decirles para tenerlas contentas, pero mi esposa y mis hijos son siempre número uno en mi vida. Sólo trato de que no les afecte lo que yo hago en la calle y que ninguna se atreva a decir algo malo de mi familia porque se las ve conmigo. Si una mujer se me pone delante y me busca, no puedo dejar de ser hombre.”
Razones que da el hombre para no ser infiel:
Caso 1: “Yo no necesito serle infiel a mi esposa porque tengo lo que necesito en mi vida para ser feliz. No tengo porqué buscar en otro lado lo que tengo con mi esposa. Sería faltarle al respeto, no sólo a mi esposa, sino a mis propias convicciones. Además si mi esposa se diera cuenta me perdería la confianza y tal vez el respeto que siempre me ha tenido. Aparte de eso, muchas mujeres sueñan con formar un hogar, tener una familia, pero para eso, no deberían poner sus esperanzas en un hombre casado.Siempre he pensado que aunque los hombres vivimos con el sexo en la mente, no necesariamente me tengo que acostar con la primera que se pasa por enfrente y no me importa si me dicen que me falte hombría por ello.”
Caso 2: “Admito que después de tantos años de casado, es hermoso sentirse cómodo con la esposa, pero con la familiaridad se pierde el deseo intenso. ¿Qué es lo que se considera sexy en una mujer? El misterio a lo desconocido y no es más que pensar cómo será en la intimidad con esa otra mujer, cualquier mujer, ninguna en especial, ninguna en particular, es la mujer que conoce hoy o la que conoce mañana. Admito que inmediatamente me imagino tener sexo con la mujer que es atractiva, las mujeres miran a los hombres pero no en la misma forma que los hombres miramos a las mujeres. Mientras la mujer ve a un candidato para hacer una familia, el hombre sólo piensa en cómo sería el momento.”
¿Por qué son infieles los hombres? Como nos podemos dar cuenta, en muchos de los casos de infidelidad, no es necesariamente porque busquen lo que no tienen en la casa.
Son muchas las cosas que incitan a un hombre a ser fieles y leales a sus esposas y aun así, la mitad de hombres eventualmente, acaban engañando y todo esto tiene que ver con lo que escucha, por lo que habla, por la forma en como se desarrolla una amistad, y finalmente, por burdo que suene, porque se deja dominar por la parte anatómica de su cuerpo, aquella que se acciona con sólo el pensamiento.
Lo lamentable de todo esto es que lo que comienza como un juego, termina dañando a muchas personas.
La falta de escrúpulos de muchos hombres incitan a la mujer a ser amantes, a creer que son amadas, a creer que son capaces de hacer que el hombre casado forme un futuro con ellas, y finalmente los resultados son lágrimas, sufrimientos y arrepentimientos que no están limitados sólo para una u otra persona, es un sufrimiento colectivo en las que siempre o casi siempre hay hijos involucrados.