Nadie podrá devolverte la sonrisa, sólo tú misma. ¿Qué mujer no ha pasado por grandes momentos de tristeza con el corazón completamente roto por alguien a quien amamos?
Momentos en los que no hacemos otra cosa más que llorar por nuestro infortunio, pasando horas y horas envueltas en tristeza, llorando a cada instante que el recuerdo viene a nuestras mentes…
Y durante ese doloroso tiempo, cuando estamos con alguna amiga o amigo, nuestras charlas siempre giran alrededor de esa persona que dejó ese dolor que sentimos nunca cesará. Y es que, por muchas palabras de aliento que recibamos, y por mucho que los amigos intenten darnos fuerza y sacarnos del dolor que sentimos, nadie logra desvanecer nuestro dolor, porque no es algo que los demás puedan hacer por nosotras, sino que sólo lo podemos hacer nosotras mismas. Por mucho que los amigos intenten ser de apoyo y ayudarnos a salir de nuestra melancolía, podemos seguir llorando y lamentándonos de nuestra mala suerte, la traición, el dolor, el abandono, el infortunio injusto que nos ha tocado vivir… recluyéndonos en nosotras mismas, viviendo a escondidas del mundo, sin querer ver la luz del día.
Los amigos no pueden cambiar lo que sentimos, eso nos corresponde a nosotras. Lo intentarán, procurarán ayudarte, pero no lo lograrán sin nuestra colaboración. Si llevas tiempo con amigos o familiares intentando animarte, tal vez sea el momento de detenerte y meditar sobre la actitud que estás tomando: El mundo no se detiene porque te escondas de la gente, todo sigue su curso y la única que se está quedando rezagada eres tú.
Mejor toma el control de tu vida, piensa en los momentos maravillosos vividos y abre los ojos, que finalmente quien se alejó de tu vida se perdió de una mujer maravillosa. No te dejó, simplemente no pudo contigo, porque eres grande y maravillosa, porque seguramente no tuvo la capacidad suficiente de ser tu fortaleza y seguridad; así que sécate esas lágrimas, deja que te abracen tus amigos y sonríe, que la sonrisa es el motor que mueve al mundo y te hace renacer a la vida.
No decaigas, si un amor se fue vendrá a tu vida el indicado, el que te amará tal cual eres, el que sabrá lo que necesitas sin necesidad de abrir la boca… Y emprende el camino pisando fuerte, tan fuerte que el mundo entero al escuchar tus tacones diga, “ahí viene una maravillosa mujer”.